Las consecuencias a largo plazo de la exposición a los PFAS no están del todo claras. Dada su amplia gama de aplicaciones, regular los PFAS supone un desafío. Las normativas, tanto en EE.UU. como en la UE, aún no se han finalizado. La Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU. (EPA) ha emitido recomendaciones para determinadas sustancias fluoradas en el agua potable convencional. Sin embargo, aún se espera una determinación sobre el contenido máximo permitido de PFAS.
La última recomendación de la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA), emitida el 7 de febrero de 2023, recomienda que todas las sustancias PFAS sean restringidas en su fabricación, venta y uso. Se sometió a consulta pública, dando a las empresas la oportunidad de aportar comentarios y datos relevantes para la elaboración de regulaciones y posibles exenciones. Antes de la fecha límite del 25 de septiembre de 2023, la ECHA recibió más de 5.600 comentarios, que serán examinados y evaluados. Se considerarán exenciones para determinadas aplicaciones si no existe alternativa a la eliminación de los PFAS o si su uso solo plantea un riesgo bajo para el medio ambiente y las personas.
El 20 de noviembre de 2024, la ECHA publicó una actualización sobre el tema de los PFAS. Los comités de evaluación de riesgos (RAC) y análisis socioeconómico (SEAC) siguen revisando las opiniones.. Además de una prohibición completa, actualmente se están debatiendo exenciones temporales y restricciones alternativas basadas en el proceso de fabricación y/o la aplicación. Ejemplos de posibles exenciones incluyen baterías, pilas de combustible y electrolizadores. Hasta ahora se han discutido en detalle, pero son solo ejemplos. La decisión final sobre la regulación aún está pendiente. Se puede encontrar información detallada en la página de información sobre PFAS de la ECHA (Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos). PFAS information page of the ECHA (European Chemicals Agency).